Pautas para una convivencia que humaniza
Los principios que fundamentan el perfil del egresado se sustentan en EL SISTEMA PREVENTIVO de Don Bosco, vivido, artesanalmente, por Maín. Razón por la cual, nuestra cultura institucional y áulica asume rasgos que la caracterizan:
- el joven es el centro del proceso educativo, lo que implica recibirlo como es, descubrir sus potencialidades y ayudarlo a crecer mediante múltiples intervenciones educativas, durante la jornada escolar y las actividades extraescolares;
- el clima de familia en el que se favorecen y cultivan las relaciones interpersonales, la solidaridad y la amistad, y se forma un ambiente de compromiso, alegría y confianza;
- el ambiente educativo como vehículo y propuesta de valores, que se caracteriza por el espíritu de familia, el clima de alegría y el sentido de la fiesta, la invitación a la participación creativa, la educación en y para la libertad responsable y la dedicación esperanzada al trabajo de cada día;
- la asistencia salesiana, presencia activa y amistosa de los educadores en medio de los educandos participando en los intereses juveniles: los educadores son personas disponibles para estar con los jóvenes;
- la relación educativa personal que acoge al joven en el punto de maduración en que se encuentra y reconoce su carácter único;
- el criterio de la preventividad, por el cual se propone experiencias positivas, se desarrollan en los jóvenes actitudes que les permiten superar los riesgos y las situaciones difíciles, ayudándolos a captar el sentido de la vida y a vivirlo en plenitud.
- la unidad, que no es uniformidad, supone planificación ordenada y coherente que le permita una gestión descentralizada, una acción creativa y convergencia de intervenciones.
- la competencia, es decir, la calidad de la gestión escolar requiere la distribución de las competencias de cada actor (individual y colectivo) y la consecuente clarificación de roles, según criterios de subsidiariedad y complementariedad.
- la participación corresponsable; esto es, todos los miembros de la Comunidad Educativa Pastoral son actores de la gestión y de la convivencia, comparten información, programan actividades, opinan, deciden, ejecutan tareas, evalúan, según el rol que cada uno desempeña en ella.